Piden apagar de inmediato Punta Catalina
El Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático y el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente urgieron hoy apagar de inmediato las plantas de carbón de Punta Catalina, a causa de los graves daños a la salud que dijeron ocasiona en la población de la provincia Peravia.
Apelaron a los jueces del Tribunal Superior Administrativo (TSA), que conocieron la solicitud de acción de amparo contra Punta Catalina, para que dicten sin mayores dilaciones la sentencia que ordena el cierren de las plantas de carbón, hasta que dejen de constituir un peligro público a la salud de la gente.
“Eso quiere decir que las plantas de carbón de Punta Catalina han estado operando sin el adecuado filtrado de los gases que resultan de la combustión del carbón, emitiendo estos gases al aire a niveles que ponen en peligro la vida de la población”, explicaron.
Los demandantes precisaron que Punta Catalina emite 8 mil miligramos por Nm3 cuando las normas internacionales solo aceptan 200 miligramos por Nm3, representando niveles alarmantes de contaminación del aire que pueden ser letales.
Calificaron de genocidio el hecho de que tanto las autoridades pasadas como las presentes hayan autorizado las operaciones de Punta Catalina en estas condiciones lesivas para la salud.
Los defensores del ambiente añadieron que en los últimos 60 años no se conoce en el mundo un gobierno que autorizara el funcionamiento de plantas de carbón con los niveles de emisiones de gases ácidos con que está operando Punta Catalina. “Este comportamiento es pasible de ser sometido ante las cortes internacionales bajo la acusación de estar cometiendo genocidio”, apuntaron.
Señalaron que hace un año, el 28 de mayo de 2020, depositaron una denuncia formal en la Procuraduría especializada en Medio Ambiente sobre las violaciones de Punta Catalina a las normas de la calidad del aire.
Igualmente, el 18 de enero pasado depositaron un acto de oposición y advertencia dirigido a los ministerios de Medio Ambiente y de Energía y Minas.
EL NACIONAL
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