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Fulvio Lora habla de su vida política y aportes al desarrollo de SFMacorís

Retirado de la actividad política desde el 2002 cuando falleció su líder Joaquín Balaguer, Fulvio Andrés Lora Pérez es uno de los ciudadanos más influyentes de San Francisco de Macorís. Dos veces alcalde y dos veces senador, por temperamento prefiere mantenerse en bajo perfil.

Humilde, accesible y de trato afable, Fulvio goza del aprecio y respeto de los diferentes sectores, porque para él la política es servicio, un medio para promover y aportar al desarrollo de la sociedad. Se define como una persona de temperamento apacible, pero de carácter fuerte, por su sentido de lealtad y de justicia.

En conversación que sostuvo con un redactor de EL JAYA, Fulvio ofreció datos de su vida familiar, trayectoria política y aportes a la comunidad. El diálogo se desarrolló en su residencia de esta ciudad de San Francisco de Macorís.

Vida familiar

Nacido en 1943, es el mayor de tres hijos del matrimonio de los esposos Sixto Lora Cruz y María Angélica Pérez Abreu, nativos de Gurabo Arriba, Santiago quienes vinieron a vivir a una propiedad que adquirieron entre La Peña y Azlor. Sus otros hermanos son Antonio, residente en Santo Domingo y Violeta Altagracia quien vive aquí, en San Francisco de Macorís.

Fulvio recuerda que “estando jovencito deseaba viajar a Israel a estudiar Datsonomía, pero mi mamá me convenció y “gracias a Dios desistí, pues hoy anduviera yo un viejito con 15 ó 20 mil pesos de jubilación”.

Es padre de un hijo, Carlos Andrés Lora Olivier, residente en Estados Unidos quien le ha dado dos nietos.

A sus 78 años Fulvio afirma que está muy bien de salud, duerme siete horas y camina una hora diaria. Se define como un fiel creyente en Dios, siempre dispuesto a ayudar a los menos pudientes. Refiere a los hijos de sus activistas políticos y de las personas que han trabajado con él motivandoles y facilitándoles estudiar o ingresar a las fuerzas armadas, universidades y otras.

En la vida tenemos que hacer el bien a los demás y ser agradecidos. En la era de Trujillo mi papá cayó preso, él administraba una finca de 14 mil tareas que terminaba por los frentes de donde está La Sirena. Alguien lo chivateó o por intriga cogieron preso a papá y salvó la vida por don Lorenzo Brea que era amigo de Trujillo.

Vida política

Comenzó en la actividad política en 1967 luego de ser presentado al doctor Joaquín Balaguer por sus amigos Luis Fernández y Antonio Moya, cuando todavía no había cumplido 30 años.

En 1972 el Presidente Balaguer lo juramentó como síndico del municipio de San Francisco de Macorís en sustitución del señor Edito Kunhart. La toma de posesión se realizó en el Palacio Nacional, Balaguer se puso a la orden e instruyó al general Pérez Bello a que siempre que él fuera a verlo, lo hiciera pasar a su despacho. “Balaguer siempre me dio un trato familiar”, expresa.

En 1974 Fulvio fue electo síndico de San Francisco del Macorís para el período 1974-1978. “Tuve mucha suerte, en todo lo que le pedía al presidente Balaguer él me apoyaba por ejemplo se compraron las tierras en Azlor para los tanques del acueducto e inicio de la construcción de esa obra y pavimentación de las calles”.

Fulvio aconseja mantener buenos vínculos con el Presidente de la República cuando se desempeña la función de senador tomando en consideración las obras que él consiguió por el trato y cercanía que mantuvo con Balaguer.

Lora Pérez fue senador de la Provincia Duarte por el Partido Reformista en dos períodos: 1986-1990 y 1994-1998. “Pudieron ser tres períodos pero renuncié a la candidatura de 1990-1994 porque acordamos unos asuntos políticos, pero no se estaban cumpliendo y renuncié. Yo soy así, soy persona de principios, de una sola palabra, después tuve que esconderme porque me andaban buscando para que aceptara”, sostuvo.

Balaguer lo hizo miembro de la Comisión Política del Partido Reformista y de la Comisión Nacional de Desarrollo, lo cual le facilitó participar de la alta política opinando sobre los candidatos a la vicepresidencia de la República como Fernando Álvarez Bogaert y Carlos Morales Troncoso.

En el caso de Álvarez Bogaert, Balaguer criticaba que él quería 150 exoneraciones y muchas secretarías de estado. A Morales Troncoso define como un hombre correcto y moderado de quien siempre contó con su cariño y consideración.

“Cuando le pregunté a Álvarez Bogaert para qué quería tantas exoneraciones, me dijo que para venderlas y fortalecer el partido, pero no pensaba en los dirigentes que en la campaña andábamos explotando nuestros vehículos”.

Aseguró que nunca hizo cita para entrar al despacho de Balaguer. Cuando había necesidad de la intervención del gobierno para resolver una necesidad preparaba un oficio dirigido al Presidente Balaguer con copia al secretario de Estado correpondiente, es decir, a Obras Públicas, Agricultura, Educación.

“En mi primer período como síndico solo habían tres o cuatro calles con RC-2; estaban llenas de basura y lombrices. Una noche en una sesión de rotarios me plantearon que solo se pavimentaran las calles La Cruz, el Carmen, la San Francisco, la Colón y la Restauración; mi proyecto era pavimentar todas las calles y lo logré”.

Como síndico nunca persiguió ni canceló a ningún empleado excepto que hiciera lo mal hecho; para la construcción de las calles otorgó contratos a todos los ingenieros sin tomar en cuenta los colores ni sus simpatías políticas.

“Nunca pedí una obra para mí, no pedí ni un peso ni he aceptado colaboración económica de nadie; siempre he dicho que debo muchos afectos, pero no favores. Me crié trabajando agricultura en la finca de cacao de mi familia”.

Agrega que “para la comunidad sí gestioné y conseguí muchas obras, escuelas, becas de todos los niveles de la educación para darse a los estudiantes de los barrios pobres. A Ricardo Ricourt que era secretario de la presidencia le agradezco que me entregaba muchas becas”, expresa.

Balaguer también atendió la petición de Fulvio cuando le solicitó lo que hoy es la sede urbana de la Universidad Católica Nordestana, frente al edificio del ayuntamiento, que era donde antes funcionaba la justicia. En ese momento Fulvio era miembro de la comisión que trabajaba en la creación de la universidad. “En los archivos del ayuntamiento está el oficio con que yo solicité ese local al Presidente”.

Recuerda que las primeras butacas para la universidad las donó el Ing. Carlos Ramón Domínguez y el doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho) gestionó el decretó que creó la institución.

“Mi obra en la política siempre en beneficio de la comunidad es muy larga, he prometido a muchas personas escribir una biografía para poder recoger la trayectoria y mis aportes porque son muchos, de pronto uno no los recuerda todos, pero te reitero para mí la política es servicio, trabajar por el bienestar y el progreso de la comunidad, por eso puedo decir que en todas las obras importantes de desarrollo está registrada mi participación”.

Trabajo y ahorro

“Tuve la visión de ahorrar para mi vejez. Peso que yo pude ahorrar lo compraba de tierra que para entonces estaba barata. Recuerdo que sembré unas 180 tareas de arroz por los Rieles Abajo, por la zona de la cloaca, logré tres o cuatro cosechas, en una me fue muy bien, para entonces fui el más grande productor de arroz con beneficios por más de 30 mil pesos”.

Fulvio desarrolló las urbanizaciones Lora y Vista Bella y tiene en proyecto urbanizar la tierra donde tiene su modesta residencia situada en la avenida Hermanas Mirabal esquina entrada a la carretera que conduce al recinto de la Universidad Católica Nordestana.

FUENTE: EL JAYA

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