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Rusia lucha una guerra oculta contra Occidente que requiere una respuesta colectiva: líder estonia

TALLIN, Estonia (AP) — Encaramada en la rampa abierta en la parte posterior del helicóptero británico Chinook, la primera ministra de Estonia Kaja Kallas volvió a casa tras observar unos ejercicios militares, complacida de ver la cooperación entre los aliados de la OTAN. Sin embargo, más tarde dijo que tenía en mente otros tipos de guerra.

En su nación, que colinda con Rusia, ha aumentado el número de sabotajes, guerra electrónica y espionaje, de todo lo cual se culpa a Moscú.

Mientras la guerra en Ucrania se inclina a favor de Rusia, se fortalecen las defensas de Estonia, Letonia y Lituania, además de Finlandia y Polonia, países que se encuentran en el frente de batalla.

Kallas afirma que Rusia lleva a cabo una “guerra oculta” contra Occidente.

El presidente lituano Gitanas Nauseda instó a mantenerse atentos, diciendo el martes que tenía información de que “podrían volver a producirse actos de sabotaje”.

El primer ministro polaco Donald Tusk dijo que al menos nueve personas fueron arrestadas recientemente bajo sospechas de propinar golpizas y provocar incendios, presuntamente dirigidos por los servicios secretos rusos, y los describió como ciudadanos ucranianos, bielorrusos y polacos, algunos de ellos provenientes “del mundo criminal”.

No todos consideran que los ataques están interconectados, dijo Kallas a The Associated Press, a pesar de que la OTAN dijo este mes que Moscú intensifica su campaña contra la alianza desde los estados del Báltico hasta el Reino Unido. Rusia desestimó esta afirmación.

Dado que muchos agentes de inteligencia rusos ya han sido sancionados, autoridades y expertos occidentales dicen que el Kremlin está cambiando de táctica al contratar a otros para realizar operaciones híbridas, es decir, estrategias no militares que incluyen ciberataques, interferencia en las elecciones y desinformación, además de agredir a los enemigos del presidente Vladímir Putin.

Con las cruciales elecciones en Occidente, las autoridades piensan que el ritmo de tales actividades aumentará, y algunos de ellos desean contramedidas más severas.

Kallas mencionó la advertencia de un organismo de inteligencia a un país europeo de que uno de sus almacenes era el objetivo de la inteligencia militar rusa. Cuando el almacén se incendió dos semanas después, las autoridades del país dijeron que “no sabemos si fueron los rusos”, dijo. Kallas no identificó al país aludido.

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