El cambio oficial de chatarras por autobuses
En la década del 70, el presidente doctor Joaquín Balaguer encontró una fórmula con la cual puso a sus pies a líderes del transporte público organizado del país, incluyendo los de la Unión Nacional de Choferes Sindicalizados (UNACHOSIN).
Esa fórmula consistió en que estos sindicatos que eran soportes de las luchas de grupos de la Izquierda, como Clubes, Grupos Estudiantiles y Asociaciones de Campesinos, se arrodillaron de manera vergonzosa en el Palacio, para recibir guaguas para transporte urbano, que Balaguer llamó “Las Banderitas”.
Los gobernantes siguientes hicieron lo mismo al recibir chantajes de esos “líderes” choferiles, teniendo que entregarles flotillas de autobuses y carros, que fueron llamados Pollitos Amarillos y Garzas Blancas.
En la actualidad con la apertura del nuevo corredor de autobuses de la avenida Núñez de Cáceres de la capital, se acaba de iniciar el plan denominado “El Deschatarraje”, que en el idioma de Hipólito Mejía, es el cambio de carros viejos por modernos autobuses.
Con este plan gubernamental se beneficia a los ciudadanos hacen uso diario del transporte público, pero de manera especial se beneficia el sistema de medio ambiente, tan golpeado por las emisiones de gases contaminantes.
El presidente Luis Abinader debe cuidarse para que esas “pirañas” o reconocidos empresarios del transporte público, no terminen engañándolos a la luz del sol.
Por: Antonio María Jiménez EL JAYA