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Entre la leyenda y el negocio: Mike Tyson alimenta los rumores de su vuelta al ring

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“Cuando abandono un cuadrilátero al finalizar una pelea, mis sentidos alcanzan su cénit. Soy capaz de ver todo, oler todo y oír todo lo que me rodea”. Tal vez buscando esos sentimientos únicos de cuando era el dios del boxeo o en un intento de redimir una vida de drogas, golpes, violencia de género, cárcel, alcohol, soledad y traiciones, Mike Tyson ha dejado estos días, a sus 54 años, un atisbo del retorno al ring.

La última vez que peleó Iron Mike fue hace 15 años, una leyenda en su punto más bajo, humillado por un modesto púgil irlandés llamado Kevin McBride. “No puedo hacerlo más. No puedo mentirme más. Es simplemente mi fin. Termino aquí”, acertó a decir entonces. Era la tercera derrota en sus últimas cuatro peleas para quien se había convertido en el campeón del mundo más joven de la historia, con 20 años, un fenómeno tan polémico como espectacular. “Nunca quise ser Iron Mike. Odiaba a ese hombre. Pero es el hombre en el que tuve que convertirme para sobrevivir”.

Hace sólo unos días se le vio como nunca. Con ese punto de velocidad único, la pegada como un martillo, peso correcto, mirada asesina; ese “caballo de carreras preparado para salir cuando abren la cancela” que él mismo dejó escrito en su impactante biografía, “Toda la verdad”. Un entreno subido a las redes sociales y rematado con un ‘I’m back’ a lo Michael Jordan, aunque vistiera una camiseta de los Clippers. “Todo es posible cuando se es astuto. Entrénate con astucia. Recupérate con astucia”, dejó escrito junto a la poderosa imagen.

Sólo unos días atrás aseguró en un directo de Instagram junto al rapero ‘T.I.’ que pretendía “volver a estar en forma para poder participar en tres o cuatro peleas por caridad. Algunas de estas actuaciones ayudan a personas sin hogar y personas con problemas de drogas como me sucedió a mí”. Y la rumorología, claro, se ha disparado como si fuera Michael Buffer gritando el ‘Let’s get ready to rumble’.

También los que buscan oportunidades de negocio, porque Mike, aunque dilapidara montones de millones de dólares, siempre fue un filón. Brian Amatruda, promotor australiano de boxeo, contactó con el de Brooklyn y le ofreció una pelea frente a la estrella del rugby Sonny Bill Williams, un neozelandés de 34 años, 1,94 metros de estatura y 108 kilos de peso, dos veces campeón mundial con el equipo All Blacks. Quien ya realizó siete combates, todos con victoria.

Una posibilidadd que parece no fue del gusto de Tyson, pese a los tres millones que había sobre la mesa. “Sería un insulto al boxeo pelear ante un jugador de rugby. Si vuelvo es para enfrentarme a un boxeador de verdad”. Y, nadie más real que su Némesis. Aunque Evander Holyfield tenga 57 años -retirado en 2011-, también presume de buena forma. Por las redes sociales circula un cartel de promoción de la pelea Tyson-Holyfield, programada para el próximo el 11 de julio en Diriyah, Arabia Saudi. Se cumplirían 23 años del mordisco más famoso de la historia del deporte.

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